sábado, 21 de enero de 2012

LOS CHINOS ESTÁN DETRÁS DEL MAGDALENA

El problema de las inundaciones en cerca de las 700 poblaciones, localizadas a lo largo de los 1.540 kilómetros del Magdalena, no se soluciona de la noche a la mañana, pese a las recomendaciones de un montón de estudios que reposan en los anaqueles del Ministerio de Transporte y de Cormagdalena, que podrían ser una salida a esta situación, pero siempre y cuando se inviertan más de US$1.000 millones.

Desde la época del Libertador Simón Bolívar se viene hablando de buscar una solución que permita explotar la mayor y más importante hidrovía del país y solucionar los problemas de inundaciones, que 200 años después nos siguen afectando en cada invierno.

De acuerdo con los meteorólogos, este es el invierno más inclemente y lo más complicado es que con el cambio climático la situación tiende a agudizarse.

Uno de los expertos que más sabe sobre el río Magdalena, Paulino Galindo, sostiene que lo que está ocurriendo es la secuela de un error de planificación que permitió a más de 700 poblaciones, entre corregimientos, veredas y municipios, instalarse a pocos metros del río, invadiendo los valles que el afluente requiere para rebozar en cada invierno.

El mismo Bolívar, preocupado por la comunicación entre el interior del país y el mar Caribe, lo que permitía de paso tener la posibilidad de conectarse con Europa, entregó en concesión la explotación del río al alemán Juan Bernardo Elbers.

Esta concesión, como muchas otras a lo largo de la historia, no tuvo una buena salida.

El contrato consistía en la explotación monopólica del río, que le daba derecho a cobrar un peaje, el cual era el doble subiendo de lo que costaba bajando.

Este peaje se le pedía al dueño de la carga, al pasajero o al propietario del caballo que se movilizara, pero como los ingresos eran mínimos, Bolívar autorizó a Elbers a explotar las orillas, pero siempre y cuando pagara a sus dueños por las tierras.

En ese momento, consideran los historiadores, fue que empezó el desastre del Magdalena, ya que se hicieron los primeros desarrollos agropecuarios, con cultivos como el tabaco y otros productos para incrementar la carga. Ahí arrancó la expansión de tierras y sus propietarios corrieron sus cercas y ganaron muchos metros al río, que hoy son los que están inundados.

Este concesionario fue el primero que provocó daños ambientales en el río, los mismos que buscan solucionar a como dé lugar.

La concesión, que tenía como contraprestación mantener dos vapores operando, transportar el correo, tropas y pertrechos en caso de guerra, terminó unos pocos años después, luego de que el general Francisco de Paula Santander sucediera a Bolívar en la Presidencia de la República.

Santander alegó que Elbers no cumplió con los vapores y esto le permitió entregar la concesión a un grupo de ingleses, quienes se dedicaron más al negocio de venta de munición a las tropas en conflicto que a mantener la navegación.

Luego vinieron otros gobiernos que contrataron diversos estudios con el mismo objetivo.

Laureano Gómez, siendo ministro de Obras Públicas y Transporte, solicitó al consorcio alemán Julio Berger la elaboración de los diseños necesarios para recuperar la navegación entre Neiva y Barranquilla.

A lo largo de una década los alemanes hicieron pruebas de campo y análisis para aplicar medidas que permitieran devolverle la época dorada del río, pero la experiencia de éstos en la recuperación de los ríos Elba y Oder no sirvieron de nada, ya que a pesar de que había un contrato firmado, éste nunca se ejecutó y las razones nunca quedaron claras.

Algo nada distinto a lo que pasa hoy con el contrato por $126 mil millones, suscrito entre la Nación y un consorcio integrado por Conconcreto y Valorcom para la construcción de un juego de esclusas en el Canal del Dique, el cual se está liquidando por considerar que iba en contravía con las aspiraciones de recuperar la navegación y la explotación del río. Para lo cual hace unos pocos días el saliente director de Cormagdalena, Juan Gonzalo Botero, suscribió otro con Hydrochina, que busca elaborar un plan maestro para la explotación del río Magdalena en todos los sectores.

Paulino Galindo considera que si se hubiera ejecutado el contrato de los alemanes la suerte del país sería otra y no tendríamos estos problemas que hoy se pretenden solucionar a través del Plan Maestro, que en dos meses entregarán los chinos.

El contrato con los alemanes costaba $5 millones y se pagaría uno cada año, pero éste se liquidó y la problemática se dejó a la deriva y hoy está fuera de control, a tal punto que millones de personas han sido afectadas por el desbordamiento de sus aguas.

Pese a que este año se harán inversiones por $7.000 millones en el dragado del río en el sector de Puerto Berrío y Puerto Salgar, donde nunca se ha dragado, el Gobierno tiene puestas sus esperanzas en el contrato suscrito hace unas semanas con Hydrochina, con el cual se encontrarán las soluciones a los problemas de navegabilidad y de inundaciones del Magdalena; sin embargo, expertos consideran que no se puede pensar en que en el país se pueda construir un proyecto como la represa de las Tres Gargantas, como en el río Yangtsé, lo que solucionó algunos problemas, porque las inundaciones se mantienen en algunas poblaciones a lo largo de los 6.300 kilómetros de este río.

El contrato con Hydrochina, que tendrá un costo de US$6,4 millones, de los cuales el gobierno chino aportará US$5,7 millones, le permitirá al país contar con un diagnóstico para realizar un Plan Maestro de Aprovechamiento del río Magdalena. Allí se determinará la potencialidad del río en el desarrollo de la navegabilidad, la explotación y la adecuación de tierras, el desarrollo piscícola y la generación de energía.

De acuerdo con el vicepresidente de Hydrochina, Yu Zhiwen, quien estuvo presente en la firma del contrato, antes de oficializarse el acuerdo ya había 16 ingenieros expertos analizando los primeros detalles.

El directivo explicó que durante 24 meses se hará la medición y análisis del río a lo largo de sus 1.540 kilómetros y especialmente en esta época invernal, donde se pueden obtener excelentes mediciones.

El ingeniero chino recalcó que por ahora lo que hay que hacer es mantener una alerta temprana de la rama en las poblaciones ribereñas para evitar tragedias y reforzar los muros que están protegiendo las zonas de las viviendas.

Zhiwen señaló que no se puede comparar el Magdalena con el Yangtsé, ya que las circunstancias son distintas y el espacio geográfico y geológico es distinto. Una de las diferencias es que los gobiernos chinos han invertido y siguen invirtiendo en el río, debido a que algunos sectores todavía se ven afectados por las inundaciones.

Lo importante no es que los resultados del estudio, que se conocerán en 24 meses, se puedan poner en práctica y no termine en otro anaquel del Ministerio de Transporte o de Cormagdalena, entidad que está saliendo de un letargo por falta de la renovación de su presupuesto de 2011, el cual se realizó hace dos semanas, cuando también presentó la renuncia a su cargo su director Juan Gonzalo Botero.

LOS CHINOS ESTÁN DETRÁS DEL MAGDALENA

El problema de las inundaciones en cerca de las 700 poblaciones, localizadas a lo largo de los 1.540 kilómetros del Magdalena, no se soluciona de la noche a la mañana, pese a las recomendaciones de un montón de estudios que reposan en los anaqueles del Ministerio de Transporte y de Cormagdalena, que podrían ser una salida a esta situación, pero siempre y cuando se inviertan más de US$1.000 millones.

Desde la época del Libertador Simón Bolívar se viene hablando de buscar una solución que permita explotar la mayor y más importante hidrovía del país y solucionar los problemas de inundaciones, que 200 años después nos siguen afectando en cada invierno.

De acuerdo con los meteorólogos, este es el invierno más inclemente y lo más complicado es que con el cambio climático la situación tiende a agudizarse.

Uno de los expertos que más sabe sobre el río Magdalena, Paulino Galindo, sostiene que lo que está ocurriendo es la secuela de un error de planificación que permitió a más de 700 poblaciones, entre corregimientos, veredas y municipios, instalarse a pocos metros del río, invadiendo los valles que el afluente requiere para rebozar en cada invierno.

El mismo Bolívar, preocupado por la comunicación entre el interior del país y el mar Caribe, lo que permitía de paso tener la posibilidad de conectarse con Europa, entregó en concesión la explotación del río al alemán Juan Bernardo Elbers.

Esta concesión, como muchas otras a lo largo de la historia, no tuvo una buena salida.

El contrato consistía en la explotación monopólica del río, que le daba derecho a cobrar un peaje, el cual era el doble subiendo de lo que costaba bajando.

Este peaje se le pedía al dueño de la carga, al pasajero o al propietario del caballo que se movilizara, pero como los ingresos eran mínimos, Bolívar autorizó a Elbers a explotar las orillas, pero siempre y cuando pagara a sus dueños por las tierras.

En ese momento, consideran los historiadores, fue que empezó el desastre del Magdalena, ya que se hicieron los primeros desarrollos agropecuarios, con cultivos como el tabaco y otros productos para incrementar la carga. Ahí arrancó la expansión de tierras y sus propietarios corrieron sus cercas y ganaron muchos metros al río, que hoy son los que están inundados.

Este concesionario fue el primero que provocó daños ambientales en el río, los mismos que buscan solucionar a como dé lugar.

La concesión, que tenía como contraprestación mantener dos vapores operando, transportar el correo, tropas y pertrechos en caso de guerra, terminó unos pocos años después, luego de que el general Francisco de Paula Santander sucediera a Bolívar en la Presidencia de la República.

Santander alegó que Elbers no cumplió con los vapores y esto le permitió entregar la concesión a un grupo de ingleses, quienes se dedicaron más al negocio de venta de munición a las tropas en conflicto que a mantener la navegación.

Luego vinieron otros gobiernos que contrataron diversos estudios con el mismo objetivo.

Laureano Gómez, siendo ministro de Obras Públicas y Transporte, solicitó al consorcio alemán Julio Berger la elaboración de los diseños necesarios para recuperar la navegación entre Neiva y Barranquilla.

A lo largo de una década los alemanes hicieron pruebas de campo y análisis para aplicar medidas que permitieran devolverle la época dorada del río, pero la experiencia de éstos en la recuperación de los ríos Elba y Oder no sirvieron de nada, ya que a pesar de que había un contrato firmado, éste nunca se ejecutó y las razones nunca quedaron claras.

Algo nada distinto a lo que pasa hoy con el contrato por $126 mil millones, suscrito entre la Nación y un consorcio integrado por Conconcreto y Valorcom para la construcción de un juego de esclusas en el Canal del Dique, el cual se está liquidando por considerar que iba en contravía con las aspiraciones de recuperar la navegación y la explotación del río. Para lo cual hace unos pocos días el saliente director de Cormagdalena, Juan Gonzalo Botero, suscribió otro con Hydrochina, que busca elaborar un plan maestro para la explotación del río Magdalena en todos los sectores.

Paulino Galindo considera que si se hubiera ejecutado el contrato de los alemanes la suerte del país sería otra y no tendríamos estos problemas que hoy se pretenden solucionar a través del Plan Maestro, que en dos meses entregarán los chinos.

El contrato con los alemanes costaba $5 millones y se pagaría uno cada año, pero éste se liquidó y la problemática se dejó a la deriva y hoy está fuera de control, a tal punto que millones de personas han sido afectadas por el desbordamiento de sus aguas.

Pese a que este año se harán inversiones por $7.000 millones en el dragado del río en el sector de Puerto Berrío y Puerto Salgar, donde nunca se ha dragado, el Gobierno tiene puestas sus esperanzas en el contrato suscrito hace unas semanas con Hydrochina, con el cual se encontrarán las soluciones a los problemas de navegabilidad y de inundaciones del Magdalena; sin embargo, expertos consideran que no se puede pensar en que en el país se pueda construir un proyecto como la represa de las Tres Gargantas, como en el río Yangtsé, lo que solucionó algunos problemas, porque las inundaciones se mantienen en algunas poblaciones a lo largo de los 6.300 kilómetros de este río.

El contrato con Hydrochina, que tendrá un costo de US$6,4 millones, de los cuales el gobierno chino aportará US$5,7 millones, le permitirá al país contar con un diagnóstico para realizar un Plan Maestro de Aprovechamiento del río Magdalena. Allí se determinará la potencialidad del río en el desarrollo de la navegabilidad, la explotación y la adecuación de tierras, el desarrollo piscícola y la generación de energía.

De acuerdo con el vicepresidente de Hydrochina, Yu Zhiwen, quien estuvo presente en la firma del contrato, antes de oficializarse el acuerdo ya había 16 ingenieros expertos analizando los primeros detalles.

El directivo explicó que durante 24 meses se hará la medición y análisis del río a lo largo de sus 1.540 kilómetros y especialmente en esta época invernal, donde se pueden obtener excelentes mediciones.

El ingeniero chino recalcó que por ahora lo que hay que hacer es mantener una alerta temprana de la rama en las poblaciones ribereñas para evitar tragedias y reforzar los muros que están protegiendo las zonas de las viviendas.

Zhiwen señaló que no se puede comparar el Magdalena con el Yangtsé, ya que las circunstancias son distintas y el espacio geográfico y geológico es distinto. Una de las diferencias es que los gobiernos chinos han invertido y siguen invirtiendo en el río, debido a que algunos sectores todavía se ven afectados por las inundaciones.

Lo importante no es que los resultados del estudio, que se conocerán en 24 meses, se puedan poner en práctica y no termine en otro anaquel del Ministerio de Transporte o de Cormagdalena, entidad que está saliendo de un letargo por falta de la renovación de su presupuesto de 2011, el cual se realizó hace dos semanas, cuando también presentó la renuncia a su cargo su director Juan Gonzalo Botero.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Organización Político-administrativa de los Panches

Su organización política era de tipo tribal, esto significa que no tenía una gran diferenciación jerárquica dentro de la sociedad, ni existían líderes que dominaran políticamente grandes territorios o súbditos. Sin embargo las crónicas española de la conquista dejan ver que algunos líderes tenían reconocimiento en razón de su capacidad estratégica militar, cuyo mando era acatado por otros líderes en alianzas temporales. La nación Panche estaba conformada por las tribus Tocaimas, Anapuimas, Suitamas, Lachimíes, Anolaimas, Síquimas, Chapaimas, Calandaima, Calandoimas, Bituimas, Tocaremas, Sasaimas Guatiquies etc.
[editar]Gobernantes
La organización tribal no permitió el surgimiento de grandes líderes políticos, tampoco hubo una buena recolección de la historia de estos pueblos menos si se tiene en cuenta su rápido exterminio durante la conquista y los años posteriores a esta. Solamente las crónicas dan una idea sobre este punto. Entre los líderes más destacados que las crónicas de la conquista percibieron se encontraba Bituima un hombre sabio de edad madura y con una gran capacidad de convocatoria pues logró la unificación de un buen número de tribus bajo su mando en las batallas de la resistencia a la conquista, este fue un buen estratega militar y puso en jaque a los españoles en Bituima derrotándolos durante el sitio de estos a la fortaleza. También se reconoce a Tocarema y Anolaima quienes combatieron en la batalla de Tocarema contra la invasión de España y que acordaron tratados de paz con Gonzalo Jiménez de Quesada, además de un antiguo jefe Tocaima aunque había muerto hacía muchos años su memoria permanecía viva tal vez por su talento militar.
[editar]La Guerra
La guerra era su principal actividad, los españoles les reconocieron una gran capacidad estratégica durante la conquista. Los muiscas también lo decían, de hecho reportaron que durante muchos años los Panches asaltaron de forma constante sus sembradíos y secuestraban a sus mujeres; en zonas fronterizas como Tibacuy, Subía, Tena, Ciénaga, Luchuta y Chinga los jefes políticos apostaron Güechas o guerreros profesionales reconocibles por su gran tamaño que intentaron contener a los temibles enemigos. Incluso otros grupos Caribes como los Muzos, los Pantágoras o los Pijaos vivían en constante enfrentamiento con grupos Panches que a su vez luchaban internamente. Sus armas eran mazas, macanas, arcos, flechas y dardos. Preparaban mezclas de venenos de serpientes, arañas y alacranes para envenenar las flechas y los dardos. De los Panches, los Tocaimas eran los más civilizados y de índole más pacífica, y los Síquimas los más guerreros. De acuerdo a las crónicas de Fray Pedro Simón el único objetivo de la guerra era la obtención de carne humana bien para la alimentación o para la práctica del canibalismo ceremonial, sin embargo es más probable que los Panches como grupo guerrero tal vez practicaban el canibalismo a causa de la guerra como forma de infundir terror a sus enemigos y como una forma ritual de obtener las cualidades de los vencidos, en este caso el canibalismo es más una opción consecuencia de la guerra que la causa de ella. A pesar de sus continuos conflictos internos podían hacer alianzas intertribales al sentirse amenazados por pueblos que no fueran Panches, esto se presentó durante la conquista y en tiempos anteriores cuando se aliaron para asaltar los territorios de los Muiscas que siempre fueron muy superiores demográficamente.

Territorio Panche

La posición territorial de la nación Panche se hallaba en una buena parte, al norte de la sección política y administrativa de lo que hoy día forma el departamento del Tolima; margen occidental del río de la Magdalena y se extendía al oriente del mismo río en las tierras cálidas del departamento de Cundinamarca. Con el Huila, estos tres departamentos fueron tierra de otras naciones, algunas de procedencia Caribe. Hogar de Coyaimas, Natagaimas, Andaquíes, Timanes, Tamas, Yalcones, Paeces, Dujos, Manipos, Babadujos, Yaporoges, Cundayes, Pijaos, Pantágoras.
Se ha establecido con algo de exactitud teniendo en cuenta que las zonas limítrofes fluctuaban por diversos motivos y que el dato aquí expuesto es para crear una idea somera sobre los linderos o el alcance territorial del país Panche; por el norte llegaba hasta los ríos Guarinó y Gualí colindando con sus hermanos de origen e idioma, los Pantágoras o Palenques. Hacia el occidente habitaron parte de la cordillera central, los pueblos que hoy conocemos como Fresno, Fálan, Palocabildo, Líbano y Anzoátegui eran zona limítrofe con otros países. En la zona limítrofe hacia el Oeste y Sudoeste existen grandes dudas, especialmente en el caso de Ibagué, ya que algunos autores afirman que esta ciudad se encuentra en territorio Panche y otros aseguran que es Pijao. La respuesta a este dilema sin embargo se debe a que Ibagué en principio fue fundada en el sitio que hoy se encuentra Cajamarca, terrenos que sin duda alguna pertenecían a la nación de los Pijaos, pero meses después la ciudad de Ibagué fue trasladada al sitio que hoy ocupa, a la meseta, que según la mayoría de cronistas la adjudican como territorio Panche. Dominaron y habitaron las tierras actualmente ocupadas por los pueblos de Rovira, Valles de San Juan y San Luís, Guamo y Espinal. Partiendo entonces de esta base deducimos que el río Combeima y el Coello eran límite fluctuante entre estos dos pueblos también hermanos. Por el Oriente ha sido posible establecer que la frontera entre Panches y Muiscas pasaba por entre los municipios de Anolaima y Zipacón, La Mesa y Tena, tomando la parte alta de la cordillera de Subia hasta Tibacuy. Al Sudeste ocuparon los hoy valles de Melgar y Cármen de Apicalá, frontera que compartían con los Sutagaos. Hacia el Noroeste los Panches habitaron los pueblos de Nimaima, Nocaima y la Vega, siguiendo la serranía del Tablazo hasta Pacho, donde empezaba la comarca de los Colimas o Muzos. A Partir de estos puntos concluimos que son netamente Panches los pueblos de Villeta, Guaduas, Sasaima, chaguani, Vianí, Guayabal de Síquima, El Peñón y Útica.
Como ya lo habíamos anotado anteriormente, el gran Tolima albergaba con estas extensas comunidades, también un basto sistema socioeconómico muy similar entre sí. Aunque nunca se rigieron por un mando central, estas agrupaciones prehispánicas se organizaron en señoríos independientes, comunidades tributarias y comunidades subyugadas a otras.
El cacicazgo era ejercido sin tener muy en cuenta las vías de dinastías, se elegía de acuerdo a las necesidades del momento, el valor y conocimiento relacionado con lo sobrenatural, era una exigencia y no era de mucha importancia el sexo del elegido. Se conoce de Caciques mujeres, que estuvieron al mando de los destinos de estos pueblos con resultados notables.
Existía dentro de estas civilizaciones los Marirris o Piaches, Mohanes, Chamanes o Brujos, Ancianos y Adivinos, que desempeñaban un papel importante en las decisiones religiosas, políticas, militares y en especial en materia de salud. Tenían que ver con lo real pero también con todo lo divino y lo sagrado. Los Caciques Panches o SÍQUIMAS, tenían como costumbre dar su nombre a la región que gobernaban y eran asesorados en sus funciones especialmente por un grupo de personas de autoridad y experiencia llamados ACAYMAS.Ver más en Los Inconquistables Panches del Magdalena.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

POLITICA

Es difícil ver como en Puerto Bogotá, los sectores políticos aun no se pronuncian frente a la cantidad de atropellos cometidos por parte de las instituciones del estado. En este caso la bofetada no la están regalando nuestros "amigos de la policía nacional", quienes de manera barbárica se han dedicado a cazar a los usuarios de motocicleta de nuestra comunidad. Nadie recrimina la actividad de los agentes de la autoridad, pues su función es la de velar por la seguridad de todos y cada uno de los miembros del territorio nacional y como tal deben llevar a cabo las acciones necesarias para evitar poner en riesgo la vida de los ciudadanos. Hasta ahí creo que todo queda claro.
En lo que realmente no estamos de acuerdo es en la forma represiva en la que los miembros de la policía de tránsito realizan sus acciones, pues de manera descarada persiguen a los motociclistas y les realizan partes que de una u otra manera afectan la economía de muchas familias porteñas que de cierta forma subsisten gracias a la movilidad que les ofrece este vehículo.
Entonces recomendamos a los miembros de esta querida institución, a que tomen otras medidas mucho más educativas que eviten accidentes en las vías de nuestro corregimiento, pero que a la vez enseñen a los usuarios de moto que se deben portar los documentos y los accesorios de seguridad en regla.

SALUD

¿Quién no se enferma?
Creo que la mayoría de las personas miembros de la comunidad de Puerto Bogotá han sentido alguna dolencia física y han tenido que asistir a una cita médica al hospital o al puesto de salud y creo que hay razones suficientes para tener que ir, pues nuestro cuerpo sufre daños, malestares y como tal debe recibir el tratamiento adecuado para poder sobreponerse a dichos impases.
Mi pregunta es qué tan digno debe ser el trato por parte de las instituciones de salud hacia las personas que reciben estos beneficios.
Me preocupa de antemano encontrar a muchos porteños haciendo filas desde la noche anterior, prácticamente acampando a la orilla de la carrera primera y hasta interrumpiendo de forma poco intencional el descanso de los vecinos del sector de las colinas en Puerto Bogotá. Me parece entonces que hace falta dirigencia por parte de los sectores políticos de nuestro municipio, pues es hora de dignificar la atención y mejorar la calidad de los servicios en el centro de salud de nuestro corregimiento. Amanecera y veremos con tanta hegemonía electoral de los nuevos líderes!

ECONOMÍA

Turismo rural en Colombia

Bogota / Temas - El concepto de turismo implica dos elementos fundamentales: el desplazamiento de un lugar a otro y la búsqueda del ocio, descanso, esparcimiento o recreación. Si estos elementos no se cumplen de forma simultánea no es pertinente hablar de turismo.


El turismo es quizá una de las prácticas humanas que abarca un mayor número de actores y actividades que pueden ser de carácter social, cultural, y/o económicas. Visto como actividad económica es multisectorial porque para su realización requiere de la concurrencia de diversos sectores productivos (agricultura, manufactura, construcción, transporte y comunicaciones, etc.).

El Estado y la sociedad civil a través de sus instituciones pueden facilitar otros elementos de contexto apropiados para la actividad como es proporcionar, regular y fomentar la oferta de productos, bienes y servicios de calidad a los turistas y proteger sus derechos como consumidores. Pero es importante no olvidar ofrecer la seguridad mínima que permita garantizar sus derechos civiles fundamentales durante el desplazamiento y el desarrollo de las actividades de descanso, ocio y recreación.

Turismo rural

En este orden de ideas los ámbitos rurales son espacios privilegiados para la práctica del turismo puesto que en ellos se conjuga una miríada de posibilidades que permiten combinar tanto elementos tangibles como intangibles para conformar tantos "productos turísticos" como sea posible imaginar y diferenciar, dada la enorme variedad de actividades que se pueden realizar.

En cuanto a atractivos en los ámbitos rurales es posible hallar escénicos, paisajísticos o naturales como es el caso de las distintas categorías de ecosistemas marinos (estuarios, deltas, playas coralinas, etc.); ecosistemas de agua dulce (ríos, lagos, humedales); ecosistemas de montaña como cavernas, bosques, paramos, glaciales, distintos tipos de bosques (húmedo, seco, de niebla, manglar) así como la combinación de distintos sistemas productivos rurales como son cultivos (café, palma, bosques comerciales, o flores) producción de pequeñas especies (gallinas, codorniz, conejos) o distintos tipos de ganado (vacuno, porcino, equino, caprino, bovino).

Atractivos históricos (palacios, fuertes, viviendas, monumentos); religiosos (templos, iglesias, catedrales) arqueológicos y/o culturales (fiestas populares, carnavales, festivales de teatro, música, danza). Pero quizás lo más especial es que al referirnos a los ámbitos rurales nos remitimos a espacios habitados por grupos humanos con costumbres y modos de vida particulares.